ENFOQUE, TENDENCIAS Y VISIÓN GLOBAL DEL ÁREA DE MATEMÁTICA EN PRIMARIA Y SECUNDARIA

Educación Matemática

La inclusión de un componente matemático significativo en extensión y contenido en el currículo para la educación Básica es un hecho socioeducativo que no admite actualmente discusión. La civilización moderna exige a todo individuo una formación matemática indispensable para integrarse inteligentemente a las actividades que define dicha civilización.

La manera en que cada pueblo concibe ese componente matemático del currículo correspondiente al período escolar obligatorio, depende de diversos factores; algunos conciernen exclusivamente a la disciplina matemática y a sus características particulares como ciencia, pero la mayoría de ellos corresponden en mayor o menor medida a factores económicos disponibles, tradiciones pedagógicas en el medio, desarrollo de las fuerzas productivas, características prevalecientes del mercado de trabajo, desarrollo del sistema productivo, tradiciones científicas provenientes del estudiante y a sus particulares condiciones biopsicosociales. Todos estos factores forman una trama compleja de interrelaciones, difícil de armonizar y de organizar en un complejo optimizado. A continuación, se formulan algunos de los aspectos que se aspiran alcanzar con el estudio de la Matemática en Educación Básica.

1. Desarrollar en el individuo una actividad hacia la Matemática que le permita apreciarla como un elemento generador de cultura.
2. La Educación Matemática debe garantizar al individuo la adquisición de conocimientos, habilidades y destrezas básicas necesarias para su incorporación a la vida activa. Esta formación matemática debe integrar al currículo, el mayor número posible y conveniente de temas y tópicos en los que se evidencien la aplicabilidad de la Matemática al mundo del trabajo y debe, en lo posible, favorecer el desarrollo de la capacidad creativa de los futuros profesionales y de su potencial inventivo, en fin, de sus posibilidades de convertirse en generadores de cultura.
3. La Educación Matemática debe permitir a los estudiantes establecer un vínculo entre los conocimientos matemáticos y la experiencia cotidiana, individual y social, a fin de permitir que se conviertan en personas más aptas para el ejercicio de la democracia.
4. La Educación Matemática debe estimular el desarrollo de vocaciones científicas y tecnológicas entre los estudiantes, a fin de garantizar la formación de un cuerpo de profesionales capacitados, para abordar las tareas que plantea el desarrollo nacional.
5. La Matemática tiene un alto potencial educativo en la vida de cada persona y la enseñanza de la misma debe favorecer la transferencia a nivel personal, de las características esenciales de la ciencia Matemática, que contribuyan a un armonioso desarrollo intelectual y moral en la personalidad de cada estudiante y propicien su autonomía cognoscitiva y su capacidad de razonamiento.
6. La Educación Matemática debe favorecer el desarrollo del lenguaje en el niño, en particular del lenguaje matemático, y contribuir a la elevación de la autoestima de los estudiantes; a tal fin: deberá crear los escenarios didácticos adecuados para dar satisfacción a la necesidad de expresión para desarrollar su capacidad de expresión y de argumentación.
7. La Educación Matemática debe rescatar para su uso pedagógico, el aspecto lúdicro de esta ciencia. La iniciación del niño y del adolescente en el método de trabajo matemático debe estar balanceada entre dos tendencias que convergen a un mismo fin: la tendencia intuitiva, del descubrimiento, de la experimentación y observación de hechos matemáticos, y la tendencia formalista, de iniciación a métodos de demostración formal. Un equilibrio justo entre ambas tendencias garantizará el que los estudiantes obtengan una percepción más fiel del proceso de creación matemática.
8. La Educación Matemática debe ser desarrollada con técnicas pedagógicas centradas en el colectivo de estudiantes y atienda las diferencias individuales; técnicas en las que el criterio de la eficiencia docente sea el avance del grupo. Ello implica dar a la evaluación formativa del currículo su verdadera función: el análisis de los éxitos, errores y dificultades, que deben orientar permanentemente el trabajo docente.
9. La Educación Matemática debe dar lugar importante a la resolución de problemas, entendiendo por tales aquellos enunciado que despiertan el interés o la curiosidad de los niños, para los cuales su sistema cognoscitivo no tiene aparentemente un sistema de respuestas inmediatamente disponibles y reconocibles y que ameritan  por lo tanto que él ponga en juego sus recursos intelectuales en una dirección que le luce desconocida y que sin embargo, se le ofrece a su espíritu como un reto y  una aventura.
10. La Educación Matemática deberá tomar en cuenta de manera equilibrada, tantos las orientaciones generales dadas por las diferentes teorías psicológicas, como las realidades concretas del aula en la que una variedad de niños no pueden ser catalogados de manera uniforme. Ella plantea como reto al docente la identificación de problemas que retarden el aprendizaje, la adaptación de su enseñanza a las diferencias individuales, el asumir la responsabilidad de conseguir el éxito escolar de sus estudiantes, especialmente de aquellos que se presentan por sus condiciones de desarrollo como menos preparados para seguir el ritmo escolar.