Este artículo es un extracto del trabajo de Grado: Culto a Machera: Documental sobre
los mitos y creencias de
los venezolanos,
cuyos autores son Lafee Hernández,
Yaneliz y Miranda Canales,
Ainara. Caracas, septiembre de 2013 (Todo el crédito para ellas)
Sobre Luis Enrique Cerrada
Molina alias Machera, el “santo malandro” o “Robin Hood” de Mérida, se conoce con seguridad la fecha y
el
lugar de su nacimiento. Su partida, la 1.003 (Registro de El Llano, Distrito
Libertador), cuya copia puede encontrarse en la tesis De la psicopatía a la leyenda: un estudio criminológico y evaluación de la personalidad de
Luis
Enrique Cerrada Molina (Machera), de Chipia, W. (1999),
establece que Luis Enrique nació en el Instituto Maternidad de Mérida el sábado 28 de
julio 1956. Sus padres, Luis Ramón Cerrada y Rosa María Molina,
tenían 25 y 17 años
respectivamente, en ese momento. Por la planilla de
onomásticas personales (Chipia,
W. 1999) se sabe
también
que
fue
el primogénito
de
seis hermanos y
las entrevistas anónimas realizadas por el mismo
autor, mencionan que su padre era albañil y alcohólico, y su madre se dedicaba a los oficios del hogar. Ambos eran analfabetas, provenientes de familias humildes y vivían en el barrio Santa Anita, Municipio Arias del
estado Mérida, donde Luis Enrique creció. Fue criado principalmente por su madre y
su abuela. La madre todavía vive, en el mismo barrio de Santa Anita, pero no hay
certeza del
destino de su padre.
Con respecto a sus estudios, hay discrepancias, ya que el señor Eugenio Antonio
Rodríguez (comunicaciones personales,
Agosto 29,
2012) alias Patilla, cuenta
que los dos fueron los mejores amigos desde niños y
estudiaron juntos hasta sexto grado en el
grupo Escolar
Vicente Dávila, ubicado frente a la plaza de Milla. Luis Enrique no continuó los
estudios y Patilla llegó hasta tercer año de bachillerato. Por otro lado, su madre, la Sra. Rosa María Molina relata: “Él no estudió mucho, no le gustaba estudiar. Estudió en la Reinoso Núñez, en Santa Ana y en la Milagrosa. (…) Pero a él le gustaba mucho que estudiaran y muchacho que no tenía lo ayudaba” (Comunicaciones
personales, Julio 31,
2013).
Sobre Luis Enrique Cerrada hay posiciones encontradas. Si para muchas personas,
como para Patilla (2012) fue y
será un santo que dedicó su vida a ayudar a los más necesitados robándoles a los ricos. Para otros, como el señor Moreno, J. (comunicaciones personales, Marzo 28, 2013) fue simplemente un delincuente. Y fue con sus actividades
delictivas que se destacó este mítico personaje. Según Patilla, Luis Enrique era el líder de la banda que tenían desde jóvenes, y se dedicaban a traficar marihuana y al robo de grandes
almacenes. Según el primo de Machera, Alberto Molina,
alias Gata Loca (comunicaciones personales, Julio 28, 2013) por otro lado, solo lo relativo a los robos
es
cierto, ya que él no recuerda que Machera,
ni la banda, a la que él también
pertenecía, estuviese relacionada
con
el tráfico de marihuana. Pero como se podrá ver
más adelante
por lo expedientes policiales, la razón parece
estar del
lado del Patilla.
Uno de los primeros hurtos que recuerda el señor Eugenio Antonio
Rodríguez (2012), es el de un “carro amplio” para
poder transportar
las mercancías
robadas,
que eran destinadas, como
se
señaló anteriormente, a las
personas de bajos recursos de su
barrio.
Franco F. (2009) señala que cuando:
Franco F. (2009) señala que cuando:
Machera (…)
contaba con dieciocho o diecinueve, o tal vez más joven, viajó a Caracas, donde
vivió por seis meses. Regresó de nuevo a Mérida, a su barrio, y
se hizo conocido entonces por sus andanzas criminales,
convirtiéndose en el
cabecilla de una banda.
(p. 270)
Por datos recogidos por Chipia, W. (1999), se
conoce que aparte
de Machera y
Patilla, la banda estaba conformada por
“William ‘el gato’, José Luis
‘el
cholo’, Gerardo ‘el berrenchín’,
Enrique ‘el cachifo’, Eloy Paredes
‘conchitas’, Carlos ‘el cojo’,
Jorge ‘el
verraco’, Nelson ‘el cascaritas’
y su primo ‘Hollin’. (…) Su hermano ‘el cuca’ y
José Antonio ´el muerto´”.
Asimismo, por expedientes policíacos del trabajo de Chipia, W. se sabe que Luis
Enrique portaba varias armas. De esto dan fe Patilla y
el
historiador de la plaza Bolívar de Mérida,
el
señor Gonzáles, J.G.
(comunicaciones personales, Marzo 27, 2013). En palabras de Fernández, J. (1999, p. 50) era
“un valiente y
era
muy diestro en el manejo de las armas
de fuego”. De hecho, su apodo proviene
de esa valentía que
lo caracterizaba: “por ser considerado
entre sus amigos
como atrevido,
valiente, hombre
echao pa´lante,
muy macho”. Luis Enrique
Cerrada Molina. Machera (s.f). [Página en línea]. Otro testimonio dado
a Chipia, W. (1999) afirma que: “No
tenía miedo, no se dejaba de nadie”.
Entre los mitos que
hay sobre Machera, Franco, F. sugiere que:
Todas estas armas se transformarán en los relatos en un solo y mágico revolver, el cual, según se afirma, tenía “secreto”, una manera de decir que estaba investido con poderes mágicos. Éste fue guardado como una reliquia, cuentan los relatos, por uno de los policías que lo atrapó. Está impregnado del poder de Machera y seguramente provee beneficios a su poseedor. (2009, p. 271)
Todas estas armas se transformarán en los relatos en un solo y mágico revolver, el cual, según se afirma, tenía “secreto”, una manera de decir que estaba investido con poderes mágicos. Éste fue guardado como una reliquia, cuentan los relatos, por uno de los policías que lo atrapó. Está impregnado del poder de Machera y seguramente provee beneficios a su poseedor. (2009, p. 271)
Con respecto a los expedientes que existen sobre
Luis Enrique Cerrada Molina, se encuentran: el 439: “Delito, hurto, tenencia de estupefacientes y consumo de las mismas en horas de la noche”, (Ver Anexo 4), el 480202:
“Tráfico de estupefacientes”, y el 1214:
“Robo a una pareja ubicada en la plaza monumental. Violación”, entre otros
(Chipia, W, 1999).
El historiador
Gonzáles, J.G. (2013)
cuenta que conoció a Machera en el
puesto de
comida cerca del
barrio Santa Anita que tenían
sus padre y donde iba
siempre a desayunar. “Mi mamá le tenía mucho miedo, lo veía a él y se iba porque él siempre llegaba, se quitaba
el
arma y decía denme comida. Para ella no es un santo, sino un malandro” Y según él, no
era
la única que le
tenía miedo.
Pero a pesar de que Machera era un delincuente, son muchos, como Patilla, los que consideran que era un ser humano sensible y caritativo. Esto lo afirma también Gonzáles. J. G. (2013), quien cuenta que aunque unos lo temían, otros lo querían mucho, por lo sentimental, generoso y lo buena gente que era, según ellos. Comentarios como éste, pueden verse también en las entrevistas de Chipia, W. (1999): “Era cariñoso y caritativo con la gente de Santa Anita” y “ayudaba a personas o familias, con medicinas, comida o dinero si era necesario y la gente lo dejaba enconcharse cuando lo buscaba la policía.”
Pero a pesar de que Machera era un delincuente, son muchos, como Patilla, los que consideran que era un ser humano sensible y caritativo. Esto lo afirma también Gonzáles. J. G. (2013), quien cuenta que aunque unos lo temían, otros lo querían mucho, por lo sentimental, generoso y lo buena gente que era, según ellos. Comentarios como éste, pueden verse también en las entrevistas de Chipia, W. (1999): “Era cariñoso y caritativo con la gente de Santa Anita” y “ayudaba a personas o familias, con medicinas, comida o dinero si era necesario y la gente lo dejaba enconcharse cuando lo buscaba la policía.”
Con respecto a su muerte, hay
muchas historias, principalmente en relación a la cantidad de tiros que recibió Luis Enrique el día que lo mató la policía, el 1 de octubre de 1977 Franco, F.
señala que:
La muerte de Machera, y
sobre
todo la forma en que murió, causaron gran
revuelo en la ciudad.
Su muerte fue rápidamente difundida por la radio
(como hemos podido
saber por algunos informantes) y la prensa lo reseñó
con grandes titulares. (2009, p. 272)
De hecho, un periódico como El Nacional, entre otros, reseñó el acontecimiento en su
artículo Muertos un detective de la PTJ y un
hampón en tiroteo en Mérida:
Luis Enrique Cerrada Molina (24),
merideño mejor conocido como ´mechera´ murió
esta mañana en uno de los pasillos del barrio santa Anita, ubicado en
la
parte
norte de la ciudad
en duelo
a tiros
con la policía. Presentó numerosas
perforaciones en
su cuerpo,
pero antes logro
herir,
también a tiros, a cuatro funcionarios de la policía técnica judicial. (Octubre 2 1977, p. D-24)
Cabe indicar, que en el mencionado
artículo confunde el apodo,
ya que lo llaman“mechera” en
vez
de Machera, y la
edad pues
al momento de morir tenía 21 años.
Patilla
(2012) recordó con
nostalgia como
él y
Machera, junto
a
sus
mujeres,
pasaron
un tiempo escondidos en la montaña, pues la policía los buscaba por los delitos que habían
cometido. En algunos momentos sus evocaciones
son un poco vagas, pero
sí tiene claro que las mujeres regresaron a las casas, y ellos dos siguieron solos en las montañas, hasta que un día la policía lo detuvo a él por posesión de marihuana y le pidió a Machera que no regresara al barrio, pero éste no le hizo caso y fue a Santa Anita a ver a Mireya, quién
estaba embarazada de Luis Enrique, y así fue como alguien alertó a la policía sobre
el regreso
del delincuente al barrio.
Gracias al reportaje
Fuera de peligro
los
PTJ heridos
por
delincuentes, del
periodista Dugarte, R. del diario El Vigilante (Octubre 6 1977, citado en Bellorin, C. 2001), se tiene una descripción bastante detallada
de lo que ocurrió ese
día. Como parte de la Operación Navidad,
funcionarios de la entonces Policía Técnica
Judicial de Mérida (PTJ),
hoy
en día Cuerpo
de Investigaciones Científicas, Penales
y Criminalísticas (CICPC),
fueron al barrio Santa Anita
buscando a Luis Enrique. Lo encontraron, le dieron voz de
arresto, pero
él
logro esconderse en un rancho desde donde disparó al agente Omar Herrera,
a quien hirió
gravemente,
y a otros
tres funcionarios más. La PTJ solicitó refuerzos, lanzaron bombas lacrimógenas dentro del lugar donde se encontraba Machera, para
forzarlo
a salir, y
cuando lo hizo
fue acribillado por balas de distintas armas, recibiendo más de treinta perforaciones
en su
cuerpo.
Según el acta de Acta de inspección ocular número 696, (Chipia, W.)
al momento
de revisar sus pertenencias,
llevaba consigo:
Una cédula de
identidad con nombre de Mireya Josefina Contreras, una
novena de Jacinto plaza; la oración de san Cipriano; partida
de nacimiento;
una estampita del doctor José
Gregorio Hernández Cisneros con oración a su reverso, una
imagen de San Marcos de León, una imagen de la Santísima Trinidad, una oración escrita en hojas de rayas y con lápiz de grafito a Nuestra
Señora del Carmen, un peine color negro, un portamonedas de cuero
color marrón vacío, una medalla
de la Virgen del Carmen, seis balas para
revolver calibre 38.l (1999)
Esta proliferación de
imágenes y oraciones, denotan que no solo era católico, sino muy devoto. En la actualidad, aunque muchos de los que creen en él
pertenecen a la
religión católica, el culto a Machera se ha integrado a distintas tendencias religiosas, como la santería o el culto a María Lionza.
Machera como mito: origen y evolución de su culto
Luis Enrique Cerrada Molina, alias Machera, se ha convertido en un mito, en una
leyenda,
como lo explica Bellorin, C. (2001): “Machera pasó a ser leyenda y
en
torno a su figura se tejieron mil y una anécdotas” (p. 75). El escritor venezolano comenta algo que ya se señaló con
anterioridad,
que
a
pesar
de
que
era
un delincuente buscado
por
los
organismos de
seguridad, para
la gente
del
barrio Santa Anita era como ‘Robin Hood’, que
les quitaba a los que más poseían, para repartirlo entre los que más necesidades tenían.
Acota en este sentido: “Se cuenta que a más de una persona ayudó sin ningún interés y que en una oportunidad
repartió en todo el
barrio un camión
repleto de pollos
que había robado” (p.74).
Por su parte Chipia, W. (1999), ya en el título de sus tesis explicitaba esa característica de leyenda que acompaña
hoy en día A Machera: De la psicopatía a la leyenda: un estudio criminológico
y evaluación de
la personalidad de
Luis Enrique Cerrada
Molina (Machera), trabajo en el que cuando analiza lo que planteó en 1992 Clarac, J., encuentra que:
Existe una oposición entre la vida y la muerte del sujeto: por un lado,
son mensajeros de
la
violencia: la violencia de la vida que lo
lleva a la muerte. Por otro
lado, las cualidades mayores que
se puedan tener -razones de
culto-: humanitarismo y milagrosidad. 2. Hay un mensaje oculto en esta oposición. La vida y la muerte que se integran en la personalidad del sujeto: a pesar de
haber sido de extracción social marginal-delincuente (…)
se les reconoce a todos una
bondad poco común y un carácter
humanitario.
Con respecto a la doble concepción que existe sobre Machera (bondadoso y
delincuente), Franco, F.
(2009) amplia que:
La figura heroica de Machera, es decir, los rasgos contradictorios que lo componen,
malandro-elemento social negativo/generoso-elemento
social
positivo, y la ampliación del culto a distintos grupos sociales, más allá de su comunidad
ha operado en
el mito para que éste se transfigure (p. 271).
Queda claro con estos autores, que para considerar Santo a un delincuente, a
un malandro, debe existir una
dualidad, una ambivalencia, bueno-malo, superior-inferior, bondadoso-delincuente, en el personaje
al
que se le rinde culto. Bajo esta óptica, todos sus
actos delictivos estaban
justificados, dado que perseguían un bien superior, ayudar por encima de todo, a aquellos que lo necesitaban. Este era
el
caso, sin duda alguna de Machera,
como señalan Bellorín, C. (2001),
Chipia, W., (1999) y el sinfín de anécdotas que se han tejido en torno a él, y que lo han convertido en
un mito.
Pero para
ser Santo es necesario también, como afirma Bellorin, C. (2001), que la
persona luego de su muerte conceda los favores solicitados y sobre todo,
realice milagros.
A Machera le atribuyen numerosos milagros, pero hay uno, el que para muchos
fue el primero, sobre el que no parece
haber dudas, como el profesor
Carrillo, J.
(comunicaciones telefónica, Julio 20, 2012) y Fernández, J. (1999) señalan, y que fue permitir el
encuentro pacífico, el día de su
entierro, entre policías y malandros.
Bellorín, C. esclarece una pregunta que tal vez muchos tengan en mente: ¿Cómo Machera hace milagros con
su prontuario delictivo?,
el autor responde:
Porque es allí precisamente donde radica
el
interés que su figura
sigue despertando y desentrañar esa cadena de misterios es muy
difícil, solo el
intento de buscar
alguna
respuesta a las interminables preguntas que
nos asaltan a
medida que vamos a adentrándonos
en el mundo de Machera, nos
produce desasosiego que emociona
e incita a seguir adelante, a pesar de todo
(2001, p. 75)
Para estos autores posiblemente un elemento fundamental en el culto de Machera,
son esas incógnitas que existen sobre él y
sobre su dualidad (bondad-delincuencia) lo que lo
convierte en un personaje enigmático y hace que sus fieles vayan aumentando con el pasar
de los años, y que su
culto
vaya extendiéndose fuera de la región andina.
Dos aspectos importantes a destacar, como señala Franco, F. (comunicaciones personales, Marzo 26, 2013): el primero, que Machera es venerado en distintas creencias porque el culto a los muertos milagrosos es un sistema aparte, la gente puede ser católica, espiritista o de otro grupo y creer en ellos. El segundo, lo relativo a la diversidad de las clases sociales que abarca:
Dos aspectos importantes a destacar, como señala Franco, F. (comunicaciones personales, Marzo 26, 2013): el primero, que Machera es venerado en distintas creencias porque el culto a los muertos milagrosos es un sistema aparte, la gente puede ser católica, espiritista o de otro grupo y creer en ellos. El segundo, lo relativo a la diversidad de las clases sociales que abarca:
Los devotos no sólo son numerosos, pertenecen a distintas clases y
grupos
sociales: malandros, policías, estudiantes de todos los niveles,
amas
de casas,
profesionales, viejitas, señores y uno que otro profesor de la Universidad. Esta
multiplicidad social
de devotos pareciera
que tiene que ver
con la posibilidad de identificación con el muerto milagroso. (Franco, F, 2009, p. 268-269)
En relación a esto, Ascensio, M. (2012) expone que
no solo las clases menos
favorecidas son las que acuden a los santos, deidades o espíritus para que
les solucionen problemas de distinta índole, sino que también las clases pudientes les piden para que no les
quiten lo que tienen. “Doy para que me des, la fórmula que regula los intercambios entre los
mortales y las divinidades (…) pero también podría ser ‘Doy para que no me quites´” (p.
31). Es decir, según la autora “La historia nos ilustra sobre la
necesidad de estas clases
favorecidas de acudir a la religión para legitimar su condición social: los privilegiados también rezan para que les
siga yendo bien”
(p. 34).
Aunque la diversidad de fieles en el culto a Machera, hace pensar en una multiplicidad de peticiones solicitadas, es en relación a la solución de problemas de índole
estudiantil y
de parejas, en la que se le atribuyen mayor número de milagros. “Los que lo
invocan (estudiantes con problemas en los exámenes, novios con dificultades propias de
una pareja… sobre todo) aseguran que Machera los ha oído” (Fernández, J. 1999,
p. 51). Esto resulta un tanto contradictorio, pues no terminó sus estudios y tuvo muchas mujeres según varios testimonios, aunque Patilla afirma que Mireya fue
la única reconocida, quien
además, le dio un hijo que Luis Enrique
nunca
conoció ya
que murió mientras ella estaba embarazada. Además, por entrevistas anónimas se pudo conocer que hoy en día, el hijo de Machera se encuentra preso por problemas de delincuencia.
En este sentido, Matos, J. A. (2019) señala:
En este sentido, Matos, J. A. (2019) señala:
La antropóloga Jacqueline
Clarac de Briceño afirma que en el culto urbano a los muertos se
produce una ‘inversión de valores por inversión de símbolos’.
Esto ocurre cuando ‘el personaje muerto violentamente se transforma en protector contra la
muerte, el malandro matado a tiros
protegerá a los otros hombres contra la policía y contra
la muerte a tiros (…) el drogadicto muerto que nunca ha podido estudiar ayudará a los estudiantes universitarios a pasar sus exámenes…
(1995: 469)’. [Página en línea]
Uno de los testimonios recogidos que atestigua
que Machera otorga las peticiones
solicitadas o cumple milagros, es el de Alarcón, L. quien
asegura que siempre la ha
ayudado en sus estudios, tanto de pregrado como de posgrado. Ella y
su madre tienen su
foto en la alacena y siempre le piden para que las proteja. (Comunicaciones personales, Agosto
29, 2012). Asimismo, una
señora que no quiso
ser identificada, al entrar a la capilla
de Machera comentó:
“Venir
aquí me hace sentir mucha paz, por mi pasaría el
día
entero en este
lugar” (Comunicaciones
personales, Agosto 28, 2012).
Para quienes lo consideran un santo, Machera los sigue auxiliando a pesar de estar muerto, les cumple milagros, los protege y
les soluciona sus problemas. Y como evidencia
de esta fe en él, basta acercarse a su tumba en el cementerio de El Espejo, ciudad de Mérida. Tantos son los creyentes, que su capilla está llena de placas, carritos, casitas, cuadernos, tesis, franelas de
bachillerato, etc., en muestra de agradecimiento por
los favores recibidos. Como cuenta su mamá, la señora
Rosa María Molina, tantos son los objetos que
llevan los creyentes, que ella y los cuidadores de su tumba, el señor Gustavo (s/a) y el señor
Juan Bautista Cerpa han tenido que colocarlos por fuera de la capilla, y ya no tienen más
espacio. Muchas de las placas y cuadernos las guardan apiladas en una esquina
debido a que las cosas de los creyentes no pueden botarse. (Comunicaciones
personales, Julio 31,2013)
Además, uno de los creyentes, Henri (comunicaciones personales, Octubre 1, 2012),
(quien no quiso dar su apellido) relata que la capilla fue
remodelada, luego de que se quemara ya que las velas permanecen
encendidas
toda el día.
Otro dato significativo, que relata la mamá (2013) es el mantenimiento de la capilla. Sus dos cuidadores, Gustavo (s/a) y Juan Cerpa la limpian los martes y los viernes religiosamente. Para poder realizar la tarea deben sacar todas las placas, velas y demás ofrendas, limpiar y luego volver a colocarlas. Asimismo, como el humo de las velas encendido día y noche deteriora mucho la capilla, deben pintarla cada 6 meses aproximadamente. En los cuatro viajes realizados a Mérida por el proyecto, la capilla estuvo pintada de 3 colores distintos: Agosto/Septiembre – Octubre 2012 de color azul claro, Marzo-Abril 2013 de color amarillo crema, y entre Julio – Agosto 2013 de color azul oscuro.
Otro dato significativo, que relata la mamá (2013) es el mantenimiento de la capilla. Sus dos cuidadores, Gustavo (s/a) y Juan Cerpa la limpian los martes y los viernes religiosamente. Para poder realizar la tarea deben sacar todas las placas, velas y demás ofrendas, limpiar y luego volver a colocarlas. Asimismo, como el humo de las velas encendido día y noche deteriora mucho la capilla, deben pintarla cada 6 meses aproximadamente. En los cuatro viajes realizados a Mérida por el proyecto, la capilla estuvo pintada de 3 colores distintos: Agosto/Septiembre – Octubre 2012 de color azul claro, Marzo-Abril 2013 de color amarillo crema, y entre Julio – Agosto 2013 de color azul oscuro.
Hoy en día su altar es cada vez más grande, con numerosas imágenes y
figuras de
distintos tamaños, entre las que se observan, entre otros: tres replicas grandes de Machera, de José
Gregorio Hernández, las tres potencias, La Virgen del Valle, el divino niño, Elegua,
la Virgen María, Cristo crucificado, Juan Pablo II y
un cuadro de todos los miembros de la
Corte Malandra.
Los fieles, como menciona
Franco, F. (2009, p. 268),
visitan a Luis Enrique
con frecuencia, pero sobre
todo
en fechas importantes, como el día
de su
nacimiento, el 28 de julio; el de su muerte, el 1 de octubre; o el Día los Fieles Difuntos y
todos los Santos, 2 de noviembre. En palabras de Henri (s/a) y Patilla (2012) el día que más gente va es el día de
su cumpleaños. Ese es un día festivo, le llevan mariachis y
torta, y todos los asistentes
celebran. En cambio, el día de su muerte, la ceremonia es más pequeña, puede haber música, pero todo es más calmado,
porque se recuerda ese triste acontecimiento en el que
murió Luis Enrique. En sus visitas, los creyentes le llevan flores, velas, le encienden
cigarros o tabacos, y
también le colocan en la capilla botellas de brandy, que según Patilla
era
una de sus bebidas preferidas.
Carillo, J. (comunicación personal, Marzo 26, 2013)
comenta que cada persona tiene su
ritual y sus ofrendas
a Machera,
algunos
por ejemplo,
le escriben en una carta lo que le van a pedir y luego la carta la doblan y
la colocan en una de las figuras grandes de
Machera; otros, generalmente
los que creen en la
santería, toman los
collares que están colocados sobre esas figuras y se los llevan como protección. Como explican Francisco, F (2013) y la espiritista Beloso, M. A. (comunicación personal, Agosto 3,
2013) lo importante es que cada creyente cumpla con lo que le promete a Machera o al
espíritu o ánima a la que le pida, pues sino, éste puede molestarse y en una próxima necesidad
tal vez no lo ayude.
Hay que desatacar, que en los días especiales para Machera, la familia y los cuidadores de la capilla le obsequian a los fieles estampitas y mensajes referentes a la
celebración. (Ver Anexo 10 y 11) En las demás fechas que no son especiales, la familia
vende algunas
imágenes y novenas
a un bajo costo.
Machera como sistema de
creencias
El culto a Machera se ha extendido tanto, en un tiempo relativamente tan corto, si
se tiene
en cuenta que su muerte
acaeció hace solo 36 años,
que
hoy en día puede
observarse como ha
pasado a
formar parte del acervo de diferentes creencias religiosas en
el
país. Creencias, que
aunque distintas, pueden entremezclarse, porque como se comentó
anteriormente existe una fuerte tendencia en Venezuela, y
probablemente en toda Latinoamérica, al sincretismo religioso,
que
tuvo su origen a partir de
la conquista, con el
encuentro de pueblos
tan disimiles como
los españoles, los indígenas y los africanos.
En este punto sería necesario considerar qué es una
religión, pues al respecto existen
posiciones diversas, y sobre todo en los últimos años, con el auge que han tenido en el país,
y en
el mundo, nuevos movimientos religiosos que distan de ser catalogados como
religiones por
muchos.
Para Durkheim, E. (s/f): “Una religión es un sistema solidario de creencias y de
prácticas relativas
a las cosas sacras, es decir separadas, prohibidas, creencias y prácticas que unen en una misma comunidad moral denominada iglesia a
todos los que adhieren a
ellas"
[Página en
línea].
Pollak-Eltz, A. (1994), analizando el pensamiento de James,
W., autor
de Las variedades de la experiencia religiosa explica: “Para
James (1902), la religión abarca creencias, sentimientos, comportamientos y actitudes referidas a un Ser Supremo, mediante
los cuales los individuos o grupos tratan de responder
a los interrogantes últimos sobre
el sentido de las vida
y la muerte” (p.11).
Hablar sobre si el catolicismo es una religión puede ser una obviedad, pero no
ocurre
lo mismo con la santería y el espiritismo marioloncero, ya que para muchas personas
la duda existe. Viendo estas creencias bajo la
óptica
de estas definiciones, no parece haber
cabida para tal duda.
Ascensio, M. (2012) apunta en esta dirección, ya que considera que ambas tienen todos
los elementos que el estudio de la antropología clasifica como religión: 1) Una asamblea de
fieles, 2) Un estudio de la devoción: Panteón
de dioses, símbolos, cantos, calendarios, colores, ciclos, 3) La existencia de un cuerpo
sacerdotal, 4)
Rituales establecidos.
En esta
misma línea de pensamiento, Güerere, T.
(1993) refiriéndose
específicamente a la santería, establece: “la santería
es
una religión con un dios omnipresente y poderoso,
el creador, principio
absoluto, que
se encuentra por encima de los
otros dioses (…)” (p.18)
Dejando establecido este aspecto,
se
puede
abordar
el culto a Machera y
su engranaje con las creencias religiosas en Venezuela. En tal sentido el profesor Carrillo, J.
(2013) señala: “Para hablar de Machera es necesario ubicarlo dentro de un contexto mucho mayor como es un sistema
de creencias vinculados con la cultura popular, la
religión
católica, las ánimas milagrosas y también la santería o espiritismo de María Lionza” (Comunicaciones personales, Marzo 26, 2013).
Asimismo, Carrillo, J.
(2013), expone que existen unas características que
circunscriben
lo que es un sistema
religioso o sistema de creencias:
Cuando no referimos
a un sistema religioso tenemos que aludir a una
concepción
dual. En primer término a
la creencia en
un
undo
dual.
Tenemos un mundo histórico del aquí y
del
ahora, y por otra parte,
simultáneamente se piensa
dentro de ese istema
de
creencias en
la
existencia de un
mundo sobrenatural, poblado por seres sobrenaturales. Cuando
hablamos de seres
sobrenaturales pueden ser divinidades,
pueden ser ángeles,
ueden ser
demonios, pero
igualmente pueden ser
ánimas milagrosas. Por otro
lado, ese sistema de creencias
implica a su vez
el venerar, rendirle culto a una divinidad o a un conjunto de divinidades, y en
tercer lugar, a un
sistema ritual relacionado con este conjunto de
símbolos, con este complejo
de representaciones.
Al analizar
estas características a
la luz del culto a
Machera, se
puede
evidenciar que cumple con las particularidades que menciona el profesor Carrillo,
J. debido a que dentro de ese mundo sobrenatural, Luis Enrique es considerado un ánima milagrosa para sus creyentes y también para algunos profesionales, como se analizará posteriormente.
Por su parte, Bracho, E. (2004)
refiriéndose al
culto
de
María Lionza
plantea:
El mito de María Lionza es un sistema de doctrinas
en eterna hechura y cambio, pero que es expresión de muchos elementos de
la identidad cultural venezolana, por una parte; y por otra, de la permeabilidad de ésta (…) a prácticas provenientes de
otras tradiciones, que se
integran al culto de un
modo espontáneo, informal, y a veces
muy
superficial. (p.
12)
Esta misma idea esbozada
por el autor con respecto a
María Lionza, puede
trasladarse también al naciente
mito
de Machera, ya que es un culto que está en evolución,
integrando prácticas
de distintas
tradiciones
de manera espontánea
e
informal. Cabe
señalar, que el mismo Machera es uno de esos
elementos
recientes que
se ha
integrado al culto de María Lionza, en
plena transformación, engrosando las Cortes que la acompañan.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Escriba su comentario de tal manera que éste sea suficientemente claro. No utilice argumentos que incluyan ataques personales o comentarios relacionados con otra persona. Los comentarios contribuyen a una discusión justa. Trate a los otros usuarios de la misma manera que quisiera que lo trataran a usted. Los comentarios se referirán a la entrada del blog correspondiente o a comentarios previos. No se aceptarán comentarios difamatorios, racistas, ofensivos, inadecuados, desproporcionadamente largos y temáticamente irrelevantes, así como comentarios destinados principalmente a la transmisión de propaganda, publicidad o a la divulgación de ideologías.
El Administrador del Blog.
.