*
Su educación formal llegó al 4º grado de primaria
pero pronto comenzó a desarrollar interés por la mecánica, cuando era
un niño aficionado a descubrir por sí mismo las relaciones de velocidad
producidas al accionar, por medio de chorros de agua, naranjas de
diversos diámetros, a las que clavaba paletas alrededor a modo de álabes
y hacía que giraran en una corriente de agua y, más adelante, ruedas y
poleas de madera. Estos juguetes le planteaban cada vez nuevos retos y
descubrimientos de principios de física en forma práctica.
Instalado
en su taller de Valle Nuevo en la aldea Mariño de Bailadores, adquirió
de manera empírica e intuitivamente suficientes conocimientos de
electricidad y de mecánica que le permitieron desarrollar cerca de 50
inventos, algunos por encargo, como la máquina peladora de fresas, así
como una saranda para clasificar ajo y numerosas innovaciones a diversas
máquinas, a pesar de la limitación que significaba haber perdido la
mano derecha, cortada accidentalmente por una sierra en 1.977.
Desarrolló
turbinas movidas por agua. Algunas de estas turbinas fueron usadas para
generar electricidad, o para mover los instrumentos mecánicos de una
carpintería, como el torno y la cepilladora. Su casa fue la primera de
la zona en estar iluminada por luz eléctrica generada por una turbina
hecha por él mismo, antes de que llegara la compañía eléctrica nacional
CADAFE. Por tal razón ,sus plantas generadoras de electricidad
accionadas por caídas de agua fueron de gran utilidad a muchos pueblos y
caseríos de la cordillera andina.
Para 1.933, cuando en
Bailadores fue instalado el servicio eléctrico, ya Zambrano había
construido 3 trapiches eléctricos para moler caña de azúcar. En 1.950,
en la población de Canaguá, instaló una turbina movida por agua, la que
proporcionó luz eléctrica a esta comunidad hasta 1.978. De igual manera
se sirvieron de estas turbinas pueblos merideños como Mucuchachí, San
José de Acequias, Río Negro y San Antonio de Estanques, entre otros.
A
partir de 1.974, Zambrano se hace conocer en el país gracias al
esfuerzo de Fruto Vivas y René Esteves Laprea, quienes en 1.977
organizan la Fundación Luis Zambrano, destinada a difundir la riqueza
creativa y la utilidad del trabajo desarrollado por este inventor. La
Fundación se proponía estimular la tecnología popular, fundando una
escuela y un taller en Bailadores con todo lo que Zambrano necesitaba,
para crear y enseñar a los jóvenes de la zona y lograron la creación del
premio Luis Zambrano a la inventiva tecnológica popular que cada año
entrega el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y
Tecnológicas (CONICIT)
En noviembre de 1984 la Universidad de Los
Andes le otorgó el título de Doctor Honoris Causa «por su útil labor
creativa», reconocimiento que por primera vez se le confiere a un hombre
del campo. Fue declarado hijo ilustre de Bailadores y su nombre se le
dio a una calle de ese pueblo merideño.
Adicionalmente, la
Biblioteca de la Escuela de Ingeniería Mecánica de la Universidad
Central de Venezuela lleva el nombre de Luis Zambrano en su honor.
Entre los muchos inventos realizados por Zambrano están:
- Descubrió independientemente la relación entre la circunferencia y su diámetro, es decir, el valor de PI.
- Un generador de 600 amperios, utilizado como soldador de varillas de 3/8, en 1939;
- Un torno grande de 13 tipos de roscas de diferente precisión;
- Una peladora de fresas;
- Una fundición con su respectivo horno, en 1948;
- 20
Turbinas utilizadas en pueblos, caseríos y haciendas para generar
electricidad que permiten moler caña, trillar café y otros granos;
- 5 Secadoras de café;
- Una secadora de estiércol para abono;
- Una turbina de doble efecto de 4 salidas con efecto axial nulo;
- 3 Teleféricos montacargas con sus turbinas y una capacidad para transportar media tonelada y un recorrido de medio kilómetro;
- Una
máquina clasificadora, limpiadora y cernidora de ajo con capacidad para
1.400 kg por hora, que le valió el reconocimiento público por parte del
Concejo Municipal de Bailadores, en 1.980;
- Una bicicleta moledora de granos y huesos;
- Un taladro vertical con la adaptación de un motor de automóvil de 1.924.
- Zambrano
desarrolló los principios básicos y la construcción de la turbina
hidráulica y de la turbina a doble efecto; transformación de motores de
gasolina a gas; propulsión de vehículos acuáticos; propulsión a chorro y
funcionamiento de motores de explosión.
Hizo investigaciones en
el desarrollo de un motor rotativo, su invento más trascendente, al que
se dedicó desde 1.950 con pasión creativa, una turbina de reacción, a la
que llamó "Turbozám" (por "turbina" y "Zambrano") o «motor criollo»,
como lo llamaron algunos. Mientras que un motor convencional tiene miles
de piezas, el Turbozám solo tenía cerca de 20. Funcionaba con una sola
bujía y una sola cámara en donde se realizaban los 4 tiempos.Su diseño
sencillo no lleva bielas, pistones, árbol de levas, válvulas,
carburador, ni cigüeñal. Se compone de piezas rotatorias sobre un eje de
tracción que al girar produce compresión y expansión ayudada por la
inercia de un volante; se fundamenta en un par de álabes o «bailadores»
que hacen el papel de pistones o piezas centrales de motor, llamadas así
en honor a su pueblo; estos álabes sustituyen la leva rotatoria de los
motores convencionales y están accionados por un sistema de engranajes
planetarios que forman la cámara de combustión entre ambas aspas. La
factibilidad de este motor ha sido comprobada por algunos ingenieros de
la Universidad de Los Andes interesados en el tema, pero no se ha
llevado a la práctica. Podía girar a 5.000 rpm. No pudo terminar de
desarrollarlo por falta de apoyo para la construcción de los álabes.
Algunas frases de Luis Zambrano:
"No espere saber pa’ ponerse a hacer, póngase a hacer pa’ poder saber" (Aprender haciendo)
"no dejar que se le cierre la noche al medio día" (Cuando esté en un trabajo, no lo abandone a mitad de camino, termínelo)
"Lo imposible no existe, los imposibles lo hacemos nosotros"
"Los locos le han abierto el camino a los sabios"
Esta otra parte del artículo es cortesía de:
http://senderospedagogicos.blogspot.com/2011/05/don-luis-zambrano.html de los Profesores: ORLANDO BENITO ESCALONA TORO/GREGORIA CABRAL
El
presente trabajo trata de la interpretación y análisis del pensamiento
del Tecnólogo Popular Don Luis Zambrano, hombre de saberes llevados al
plano experimental con la finalidad de contribuir con la solución de
diversos problemas de la comunidad. Se eligió el pensamiento “No espere saber pa’ ponese a hacer, póngase a hacer pa’ poder saber” por
representar éste su principio de vida y porque consideramos que se
puede aplicar en el plano pedagógico a fin contribuir con la enseñanza
de la ciencia en la educación primaria y secundaria bolivariana.
“No espere saber…” es no
esperar la realización de estudios especializados en una determinada
área para emprender cualquier actividad; hay que realizarla de una vez
para poder aprender y adquirir conocimiento a medida que se desarrolla.
No es indispensable, según Don Luis, poseer un amplio conocimiento sobre
un determinado tema para realizar un aporte en esa área; se requiere
emprender la tarea y a medida que las dificultades se vayan presentando,
se van analizando y solucionando. Así, se aprende al hacer.
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Según Planchart (2007), este ilustre merideño resume el concepto que tiene sobre el saber en la siguiente frase: “El
mundo del saber no hay que esperar que le llegue a uno, sino que uno
debe irse arrimando al mundo del saber. Cuando usted sube el primer
peldaño de la escalera no hay que permitir que se derrumbe. No mire pa’
bajo ni pa’ atrás. En el ejercer está el saber.” Concepción del saber que se concretiza en “No espere saber pa’ ponerse a hacer, póngase a hacer pa’ poder saber”
Don
Luis Zambrano durante toda su vida fue un cultor del auto aprendizaje.
Su origen humilde de familia andina campesina, su entorno intelectual
propio de la época y las restrictivas características educativas de la
localidad rural donde nació y creció, no fue impedimento para su
crecimiento personal en búsqueda del conocimiento científico y técnico.
Como hombre de inquietudes innovadoras, no esperó ir a la academia para
obtener el conocimiento requerido en sus investigaciones experimentales
habituales. Fue un asiduo constructor de saberes en los espacios de la
ciencia y la tecnología; en su constante búsqueda de la solución de los
problemas prácticos de las comunidades andinas, fue su norte la
preparación autodidáctica. No conocía la existencia del número pi y no
esperó “saber pa ponerse… “
sino que con la agudeza propia de los investigadores más connotados de
la época, lo redescubrió para dar respuestas a sus inquietudes
relacionadas con los engranajes en rotación y aprovechar la energía
hidráulica de las caídas de aguas para convertirla en trabajo mecánico y
electricidad; no tenía a la mano el tornillo requerido para sustentar
una pieza mecánica y con la maestría del mejor tecnólogo de academia lo
diseñaba y construía. Su escasa escolaridad no constituyó barrera para
inventar los más insólitos dispositivos mecánicos que competían con los
importados y que eran de difícil adquisición en un país rural como el
nuestro, en su época. Don Luis no esperó el Doctorado Honoris Causa que
le otorgó tardíamente la Universidad de los Andes, para “saber”; no, al contrario se puso “a hacer pa poder saber”
y dar así respuestas a sus inquietudes intelectuales. Esta frase
sintetiza su filosofía del vivir, propia de un hombre en constante
búsqueda de cómo incrementar la calidad de vida de sus coterráneos a
través de la investigación y desarrollo tecnológico; nos abre un camino
para seguir su ejemplo.
Estas
sabias enseñanzas de Don Luis, se encuentran diseminadas en la obra del
ilustre pedagogo Samuel Robinson (SR), formador de la recia
personalidad de nuestro Libertador. El primero lo aplica en tecnología,
el segundo en educación. Igualmente, SR tampoco esperó tener a la mano
un modelo pedagógico europeo o norteamericano para utilizarlo en su
desempeño como maestro; al contrario, hizo propuestas a las autoridades
caraqueñas para mejorar la enseñanza en la escuela primaria. Por eso y
mucho más, sus enseñanzas pedagógicas constituyen uno de los pilares
fundamentales del Nuevo Currículo Nacional Bolivariano que el MPPE
prontamente implementará en el sistema educativo nacional.
Tal
como Robinson, el pensamiento de Don Luis es pieza clave para el
desarrollo de un modelo educativo cónsono con las necesidades educativas
de los educandos en todos los subsistemas, desde el Inicial hasta
Secundaria Bolivariana. El “no espere…” es el “o inventamos o erramos…”;
es una filosofía de vida, una actitud para aprender, un método de
aprendizaje, un método para enseñar; propio de la necesidad de conocer
la naturaleza de las cosas, de cómo funcionan y cómo se interrelacionan
con los demás componentes del todo. Pero esta necesidad por conocer y
aprender como la sintió Don Luis, se puede convertir en un principio
fundamental para enseñar, para educar construyendo, sin esperar al
catedrático para que nos guíe y nos enseñe con su modelo importado y que
ha probado en espacios educativos extraños a nuestros intereses
nacionales y, por lo general, descontextualizados de nuestra realidad
educativa.
Las
escuelas con sus estudiantes, maestros, personal y comunidad, tienen
los espacios propicios para la aplicación de esta máxima (“no espere…”). En particular, la enseñanza de la ciencia se puede abordar a partir de esta máxima, considerándola un axioma pedagógico.
La
enseñanza de la ciencia en nuestro sistema educativo se ha hecho, y aún
se hace, exclusivamente en forma teórica. En los cursos que se
imparten, no se prevé la búsqueda del conocimiento y el logro de
destrezas y aptitudes a través de la manipulación de los objetos, sino
que se hace énfasis en la “física, la química y la biología de tiza y
pizarrón” y el libro de texto. En particular, los cursos de Física,
Química y Matemática, aún se enseñan bajo el esquema de conceptos
aislados y descontextualizados de la realidad. Según las directrices del
Modelo Educativo Bolivariano la ciencia se debe enseñar bajo un enfoque
abierto, flexible, contextualizado, y con una perspectiva inter y transdisciplinaria, compatible con los requerimientos de una escuela productiva e interconectada con el trabajo comunitario.
En consecuencia, en el proceso enseñanza aprendizaje de la ciencia es preciso que el maestro “no espere…”
disponer en cada escuela de un laboratorio equipado con la última
tecnología de punta, para desempeñarse. Al contrario, fundamentado en el “…póngase a hacer pa’ poder saber”, que
utilice todo su potencial creativo para diseñar estrategias
metodológicas experimentales a fin de enseñar la diversidad de procesos,
conceptos y leyes presentes en el área de las ciencias naturales
(física, química y biología). Con material reutilizable, tal como hacía
Don Luis Zambrano para concretar sus inventos, podría diseñar un
laboratorio para la enseñanza, donde se aplique el método científico y
dar así al estudiante, la oportunidad de explorar y observar, comparar y
relacionar, inferir y argumentar; para realizar predicciones sobre el
comportamiento del mundo natural mediante la elaboración de modelos
científicos sencillos, acorde a su nivel cognitivo.
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Con
los Proyectos de Aprendizaje (PA), se tiene la oportunidad de aplicar
el aprender haciendo que utilizó el hijo ilustre de Bailadores como
principio de vida. Proyectos estos que deben ser interdisciplinarios
para que los estudiantes aprecien las relaciones existentes entre las
diferentes disciplinas.
Artículo cortesía de:
http://www.hechoxnosotrosmismos.com/t2819-don-luis-zambrano-asombroso
Realmente me impresiona la humildad y sabiduría de Don Luis Zambrano. Digno representante de los Merideños. Que su ejemplo sea tomado por nuestra juventud para sacar este país adelante, porque realmente nos la merecemos.
ResponderEliminarFue un sabio digno de seguir su ejemplo de vida.
ResponderEliminarbuenas tardes, en la actualidad estoy realizando un documental sobre Don Luis para mi universidad y estoy buscando personas que conozcan de su obra a las que pudiera entrevistar, podría sugerirme alguna?se lo agradecería de antemano
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